16 abril, 2020

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No más contracturas

El tener contracturas es algo normal hoy en día, ya sea por tensión emocional, sobreesfuerzo o cansancio, las contracturas son señales de alarma que debés atender. No las pasés por alto como normalmente suelen hacer las personas.

Lo primero que debés saber es que existen contracturas vinculadas a un sobreesfuerzo o a un agotamiento o a una falta de fuerza, acá las especificamos:

  • Contracturas de carácter tensional. Son las vinculadas a tensiones de índole emocional. Se expresan de diferentes formas y en distintas partes del cuerpo.
  • Contracturas por sobreesfuerzo. El músculo agotado no dispone de suficiente alimento para responder a lo que se le está exigiendo y para protegerse, sus fibras se transforman en una bola.
  • Contracturas por agotamiento o falta de fuerza. Se debe a una alimentación poco nutritiva o por el declive físico asociado a la edad.

Para evitar estas molestias, te dejamos los siguientes estiramientos:

  • El cuello: sentate en el suelo en una posición cómoda, con las piernas cruzadas y los brazos relajados. Al respirar dejá caer la cabea a un lado, al inhalar, enderézala y al exhalar de nuevo, dejala caer al otro lado.
  • Estirar suavemente: apoyá las manos en el suelo tras la espalda, formando un ángulo recto, dejá caer el peso sobre los brazos, sin doblar los codos. Sentí cómo los músculos dorsales se abren y respirá profundamente para estirar la musculatura superior de los hombros.
  • Los abductores: acostate, uní las manos bajo la cabeza, poné en contacto las plantas de los pies y sentí cómo se estiran los abductores. Mantenete así tres segundos y levantá las rodillas poco a poco hasta que se toquen. Repítelo cinco veces.
  • Los pectorales: acostate en el suelo con las piernas en semiflexión y los brazos apoyados a ambos lados del cuerpo, elevá las caderas hasta sentir cómo se estira toda la musculatura anterior de los brazos, los hombros y los pectorales.
  • El abdomen: boca abajo, apoyá las manos delante del cuerpo, a la anchura de los hombros, con ayuda de los brazos, elevá con cuidado la parte superior del cuerpo y notá cómo se estiran los músculos abdominales y los intestinos se relajan.

Ahora que estás en casa, sacale provecho y dale un poco de bienestar a tu cuerpo.

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