30 junio, 2020
Bienestar
Las náuseas son una sensación molesta en la parte alta del abdomen o del estómago que va acompañada muchas veces de un impulso para vomitar. Es muy desagradable y puede durar minutos e incluso horas.
Si bien las causas de este malestar pueden ser muchas, pero acá nos enfocaremos en el ejercicio, estas son las causa:
Deshidratación
Cuando entrenás especialmente con mucha intensidad o cuando hace mucho calor, es normal que se sude. El sudor es un mecanismo fisiológico necesario para regular y mantener la temperatura.
Lo que pasa es que cuando se suda, se pierden líquidos y sales minerales, que lleva a la pérdida de la presión sanguínea y esto puede provocar náuseas y mareos.
Es por esta razón la importancia de tomar agua para reponer la misma cantidad de agua y sales que se pierden mediante el sudor. Tomá agua antes, durante y después de finalizar el ejercicio.
Hiperhidratación
Si bien arriba mencionamos la importancia de mantenerse hidratado, un exceso de hidratación también conlleva efectos secundarios.
Cuando se bebe agua en exceso, aumenta el volumen de líquido del cuerpo y se produce lo que se conoce como hipervolemia. En esa situación, la cantidad de sales presentes en el organismo aparece más diluida, por lo que su concentración es menor.
Por eso cuando la concentración de sodio es menor de lo normal, se producen náuseas y malestar.
Corte de digestión
Si se realiza actividad física poco después de una comida (abundante), el aparato gastrointestinal no recibirá toda la sangre que necesita para la digestión. Esta situación provoca náuseas y vómitos.
Para evitarlo, es importante no ingerir comidas abundantes o muy grasas unas 2 o 3 horas antes de realizar ejercicio de alta o moderada intensidad.