29 octubre, 2025
Bienestar
La alimentación influye directamente en el desempeño deportivo. Comer bien no solo mejora la fuerza y la resistencia, también acelera la recuperación muscular.
Antes del ejercicio, el cuerpo necesita combustible: carbohidratos complejos como avena o banano ayudan a tener energía sostenida. Después del entrenamiento, las proteínas y los líquidos son clave para reparar tejidos y rehidratarse.
Saltarse comidas o entrenar sin energía puede provocar fatiga y lesiones. Por eso, planificar la alimentación según la actividad física es fundamental.
Cada cuerpo es diferente. Escuchá tus señales y ajustá tus porciones y horarios, si entrenás intensamente, consultá con un nutricionista deportivo.
El rendimiento no depende solo del esfuerzo en el gimnasio, sino también de lo que pasa en la cocina.
Cuidar tu alimentación es la mejor forma de respetar el trabajo que hacés con tu cuerpo