25 julio, 2021
Bienestar
El partido de Nicoya era un territorio que comprendía las tierras ubicadas entre el río de la Flor y el lago de Nicaragua al Noroeste y al Sur de Costa Rica (Golfo de Nicoya, río Tempisque, río Salto y una línea que unía a éste con el inicio del Desaguadero o río San Juan) al este.
Esta región dependía en lo civil y en lo administrativo de la Capitanía General de Guatemala. Sin embargo, debido a su cercanía con los pueblos costarricenses de Puntarenas, Esparza, Bagaces y Cañas, había logrado gran identificación con nuestro país.
En 1812 el Partido de Nicoya se unió a nuestro país, para complementar la población necesaria y así poder tener un representante en las Cortes de Cádiz, en España. De esta forma, nuestro país pudo enviar al presbítero Florencio del Castillo que tuvo una gran participación en defensa de los derechos de los indígenas.
En 1821, cuando se declaró la independencia Centroamericana, autoridades nicaragüenses comenzaron a tener cierta influencia sobre los nicoyanos. Pero estos, vieron que Nicaragua era un estado con muchos problemas internos por lo que los nicoyanos acordaron en cabildo abierto elevar una carta encabezada por su jefe, Cupertino Briceño, pidiendo la anexión a la provincia de Costa Rica.
En ese año Costa Rica no era todavía una república, por la tanto la petición del partido de Nicoya debía presentarse al congreso general de Guatemala. Cuando se reunió dicho congreso, los diputados costarricenses informaron la petición de Nicoya presentando todos los documentos y actas firmada por Cupertino Briceño, que era el alcalde de Nicoya y fue quien propuso la idea de la anexión.
El 25 de julio de 1824 queda confirmado definitivamente el acuerdo; los integrantes de la villa de Nicoya, reunidos en Cabildo Abierto, declararon solemnemente que se consideraban desde ese momento integrados al estado de Costa Rica. El jefe de Estado de ese momento en nuestro país era don Juan Mora Fernández.