23 septiembre, 2023
Bienestar
En la composición de las papas destacan los glúcidos de bajo índice glucémico, pero también otros micronutrientes . A continuación, te haremos un repaso por todos ellos y te contaremos los beneficios de incorporar papas en la alimentación.
Las bondades de la papa se basan en el contenido de nutrientes y en su escaso valor calórico. No obstante, es importante tener en cuenta el método de cocción utilizado. El hecho de freírlas condiciona negativamente su calidad, y por este motivo la recomendación es consumirlas cocidas o asadas.
Probablemente ya sepás que los carbohidratos presentan una función energética. No obstante, es importante distinguir entre aquellos de alto índice glucémico, que promueven el estrés pancreático, y los de bajo índice glucémico, que aportan energía sostenida.
Las papas contienen azúcares de este último grupo, que son los considerados más saludables. De hecho, existe evidencia científica suficiente como para aconsejar limitar el consumo de glúcidos simples, como los azúcares añadidos. La preferencia serán siempre los carbohidratos complejos.
Las papas, además, son capaces de aportar azúcares, pero su valor calórico total es mucho más bajo que el de otros alimentos que contienen carbohidratos siempre y cuando no se consuman fritas.
Cuando se habla de vitamina C, generalmente se piensa en los cítricos. Te sorprenderá saber que hay otros muchos alimentos en la naturaleza con cantidades de este nutriente superiores a las que aportan los limones y las naranjas. El contenido en vitamina C de la papa es, por ejemplo, significativo.
Este beneficio depende también del contenido de vitamina C de las papas. Este nutriente es capaz, además de incidir en la respuesta inmune, de incrementar la síntesis de colágeno.
Dicha proteína es una de las más abundantes del cuerpo humano; presenta una importancia especial en el tejido muscular, ya que interviene en su regeneración. Garantizar un aporte constante de vitamina C aumenta la síntesis endógena de la proteína, lo que resulta un factor protector contra la lesión muscular.