Te recomendamos echar una ojeada a las letras antes de empezar a bailar una canción, lo que hará que sea más sencillo y divertido seguir el ritmo.

No obstante, si no tenés entrenamiento, cantar y bailar a la vez puede provocar que te falte el aire en la primera canción. Si querés cantar, es recomendable (al menos de inicio) hacerlo suavemente o sin emitir demasiados sonidos e, incluso, seguir la letra mentalmente.

Si vas a hacer zumba en casa y tenés cierta práctica en la materia, es interesante empezar a ser creativos en lo que se refiere a coreografías. Al principio es más recomendable copiar alguna, pero más adelante podés empezar a mezclar pasos según nuestro propio gusto.

El dinamismo de la zumba provoca que no dejés sin trabajar ningún grupo muscular relevante, por lo que no debés tener miedo de ser creativos.

Evidentemente, el número de pasos que podás dar es finito, pero este es el único límite que debés tener en cuenta a la hora de crear tus propias coreografías caseras.

Como consejo final, y no por ello menos importante, antes de empezar a realizar una actividad aeróbica de estas características es importante consultar con el médico para que te evalúe y comente los riesgos que estás asumiendo con ello.