La extracción de las cordales tiene que estar justificada, no te las podés sacar así porque así. Estas suelen aparecer al final de la adolescencia y pueden estar varios años a medio salir.

Algunas personas se las extraen por el riesgo que se acumulen restos de comida entre la encía y el diente, lo que favorece las inflamaciones e infecciones con síntomas como:

• Dolor o hinchazón en la mandíbula.
• Dificultad para abrir la boca.
• Encías enrojecidas, hinchadas, sensibles o sangrantes.
• Mal aliento o sabor desagradable en la boca.
  

Si la colocación de las muelas del juicio es buena y tienen espacio suficiente, hay que esperar a que acaben de salir, pues sirven para masticar y puede que no te traigan ningún problema.

Si no tenés problemas con estas, no querés pasar mucho sufrimiento por la operación, tené una excelente higiene personal y recordá visitar periódica al dentista para evitar problemas de caries e inflamaciones.