22 enero, 2021
Bienestar
Lo primero que debés saber es que la relación entre intestino y cerebro es bidireccional, compleja y en buena parte, desconocida.
Esta bidireccionalidad hace que el tratamiento de los problemas digestivos pueda ser físico (a través de suplementos, plantas, probióticos o fármacos) y a menudo también psicológico.
Los principales síntomas de este síndrome son dolores abdominales, hinchazón, estreñimiento o diarrea.
Si hablamos del tratamiento, consiste en llevar una dieta saludable, evitar las ingestas grandes y los platos con mucha grasa o alimentos flatulentos. Además de llevar un horario regular de comidas, hacer ejercicio físico, disfrutar de las relaciones sociales y practicar técnicas de relajación.
Tras muchos estudios, Oliver Grundmann y Saunjoo Yoon hallaron que las terapias psicológicas pueden ser tan eficaces como los medicamentos que estos enfermos acostumbran a tomar. Por ejemplo, la terapia cognitiva evita el consumo de antidepresivos y ayuda a los pacientes a mantener una actitud positiva.
Otra investigación, publicada en The Lancet Gastroenterology & Hepatology, confirmó la utilidad de la hipnosis, ya sea en sesión individual o en grupo, para los enfermos de este síntoma.