Antes que nada, poné atención a las lesiones más comunes que se producen al correr en la playa:

• Esguinces y torceduras de tobillo y rodilla.
• Rodilla de corredor.
• Menisco roto o dañado.
• Fascitis plantar y/o espolón calcáneo.
• Fracturas por estrés del pie o del tobillo.

Ahora, poné atención a los siguientes consejos para correr en la playa y evitar lesiones.

• Si eres nuevo en esto de correr en la playa, comenzá en arena mojada y firme. Es mucho más fácil que correr sobre arena seca. La marea baja es un buen momento para entrenar.
• Cuando se trata de correr, no todas las playas son iguales. Ciertos factores pueden hacer que algunas playas sean particularmente peligrosas para los corredores, así que es mejor investigar antes de correr tres aspectos importantes.
  • La longitud: si la línea de costa se ve interrumpida por embarcaderos, acantilados, desembocaduras de ríos o incluso personas, tenés que hacer cambios y giros peligrosos para tus pies, piernas o tobillos.
  • La inclinación: cuanto más plano, mejor. Correr en una pendiente durante demasiado tiempo puede contribuir a contracturas, dolores y lesiones.
  • La superficie: para cualquier corredor, pero especialmente para aquellos que van descalzos, la basura, las rocas y las conchas pueden provocar lesiones.
• No te excedás tratando de mantener un ritmo de carrera demasiado alto. Comenzá despacio y a medida que te acostumbrés a correr en la arena, podés aumentar tu ritmo.
• No existen zapatos específicos para correr en la playa, pero se debe tener en cuenta que deben poder mojarse y que no sea necesario quitarle los restos de arena a cada rato. Una buena idea es tener dos pares para evitar tener que esperar que se sequen cuando se quiera salir a correr.