El agua es un elemento vital para la piel. No solo existe un tipo como se piensa, hay unas que son cosméticas, ligeras y refrescantes que aportan a la piel algunas de las sustancias que necesita para mantenerse vital de forma respetuosa, natural y agradable.

Una buena hidratación de la piel garantiza su elasticidad, luminosidad y buen aspecto, pero aportar agua desde el exterior es casi imposible, ya que la piel es impermeable en un 90%.

Para mantener una piel hidratada además de utilizar cremas faciales hidratantes, se debe tener especial cuidado en incluir en la dieta alimentos que la contengan agua como frutas, verduras o infusiones.

La principal función de las aguas cosméticas no es la de hidratar sino la de aportar nutrientes disueltos en el agua.

Existen diferentes tipos de aguas, acá te contamos cuáles son:

• Aguas florales: entre ellas encuentran el agua de lavanda la cual es relajante y desinfectante, excelente para pieles mixtas; la de hamamelis, astringente, alivia problemas circulatorios; la de rosas, ligeramente astringente, ideal en pieles grasas; y la de manzanilla la cual calma la piel sensible.
• Miscelares: se usan para limpiar la piel, al aplicar el agua sobre el rostro, las micelas se rompen y liberan sustancias detergentes que arrastran los restos de sudor, sebo o maquillaje.
• Termales: ricas en minerales como el calcio, magnesio, manganeso, cobre, cinc y selenio. Por su contenido en estos minerales suavizan y refrescan la piel. Estas aguas son ideales para piel sensible ya que calman tras la depilación, protegen frente al envejecimiento prematuro, descongestionan el rostro y disminuyen rojeces e irritaciones.