18 enero, 2023
Bienestar
Tratar y evitar la obesidad se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios de una gran parte de la población. Los malos hábitos sostenidos durante muchos años han ocasionado que la tasa de sobrepeso se incremente de manera dramática, con todas las implicancias y consecuencias que este fenómeno tiene sobre la salud.
Cabe destacar que elevar el porcentaje de grasa corporal repercute negativamente en el funcionamiento del organismo. Los niveles de inflamación se incrementan y la eficiencia de los órganos al realizar su cometido se reduce de manera significativa.
A continuación, vamos a explicarte cuáles son los principales hábitos para tratar y evitar la obesidad.
Pese a la recomendación clásica de acompañar las comidas con una copita de vino, lo cierto es que el alcohol resulta una sustancia tóxica en cualquier cantidad. No solo impacta negativamente sobre la función hepática, sino que también supone una fuente de calorías vacías que promocionan la ganancia de peso.
El hecho de eliminar este tipo de bebidas de la dieta habitual supone ahorrarse una buena cantidad de energía, además de no generar un deterioro de la capacidad metabólica. Incluso a nivel cardiovascular generaremos un beneficio claro.
El ayuno intermitente no solo consigue generar una reducción del número de calorías ingeridas de forma diaria, sino que también cuenta con la capacidad de impactar en el organismo desde un punto de vista metabólico. Poner en práctica el protocolo disminuye la resistencia a la insulina y, con ello, el riesgo de desarrollar diabetes.
La actividad física es una de las herramientas más efectivas para tratar y evitar la obesidad. El ejercicio de fuerza es capaz de quemar calorías durante la propia sesión y de forma posterior a la misma, ya que activa el tejido durante un periodo de tiempo mayor. Además induce ganancias musculares, lo que repercute sobre el gasto energético basal del sujeto.
Estos elementos, aunque contienen una cierta cantidad de grasa, cuentan en su haber con bacterias probióticas capaces de mejorar la salud de la microbiota. Actuar sobre este órgano puede ser muy determinante a la hora de tratar y evitar la obesidad, ya que las alteraciones en la biodiversidad de la misma se relacionan con un mayor riesgo de engordar.