16 abril, 2023
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El tomate es un alimento prácticamente indispensable en la mayoría de las cocinas. Es muy rico en vitaminas y antioxidantes y aporta un sabor inconfundible al plato, ya sea en ensaladas, sopas, guisos o salsas.
Los tomates se desarrollan a partir del ovario de una flor y contienen semillas, por lo que encajan dentro de la definición de lo que botánicamente se considera una fruta. De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), el fruto es el “producto del desarrollo del ovario de una flor después de la fecundación, en el que quedan contenidas las semillas, y en cuya formación cooperan con frecuencia tanto el cáliz como el receptáculo floral y otros órganos”.
Así, en un sentido botánico, los tomates son frutas, al igual que lo son otros vegetales que normalmente se consideran verduras como los pepinos, las judías verdes, las berenjenas, las calabazas o los aguacates.
Para la mayoría de las personas la diferencia entre frutas y verduras se basa más en su uso culinario que en su clasificación botánica. Y en este sentido, culinaria y gastronómicamente el tomate se considera una verdura, pues se utiliza principalmente en platos salados como ensaladas, sopas, guisos, salteados o salsas.
Las frutas, en cambio, son un tipo de alimento dulce y jugoso que se consume tanto crudo como en la preparación de postres, zumos, smoothies, mermeladas, etc. Habitualmente, las verduras se caracterizan por tener un sabor más neutro que las frutas.