1. Si tu destino es la playa: la natación es una de las mejores opciones. Tenés a la mano diversos deportes acuáticos y otros como el voley playa, fútbol o pasear en bici. Si ponés una toalla en la arena, podés hacer curl de bíceps, flexiones, abdominales y zancadas. Otra buena opción, es jugar aprovechando la inestabilidad de la playa, caminando o corriendo.

2. Si te vas a las montañas: tenés la oportunidad de hacer algo de deporte extremo como rafiting o escalada. El senderismo también activa tu cuerpo y te genera paz mental debido a los paisajes que tenés a tu alrededor; tendrás la tranquilidad y relajación extra que tanto requieres. Por otro lado, podés valerte de las pendientes de las laderas para hacer press de hombro y cualquier otro ejercicio de tonificación.

3. Si decidiste irte de camping: quizá tengás la suerte de contar con un lugar cercano para practicar baloncesto, tenis, fútbol, bolo criollo, tejo, o cualquier actividad grupal que te mantenga activo físicamente. Un lago o piscina, te permitirá hacer estiramientos, caminar, moverte como quieras para fortalecer piernas y brazos.

4. Si vas de paseo a otra ciudad: no caigás en la rutina de irte al gimnasio del hotel; aprovechá el turismo y recorré parques haciendo una rutina funcional, usando los bancos, los árboles, las aceras, los carriles de bici y sus propios gimnasios al aire libre. Aprovechá para recorrer la ciudad y conocerla caminando, en bici o en patines.¡Qué mejor turismo que el que te mantiene en forma!