La piel es la barrera protectora del cuerpo contra agentes externos y mantenerla saludable previene irritaciones, envejecimiento prematuro y pérdida de hidratación. Una rutina adecuada mejora la apariencia y refuerza la confianza personal.

Una rutina base incluye limpieza, hidratación y protección solar. Limpiar la piel elimina impurezas, el hidratante mantiene el equilibrio y el protector solar evita daños por radiación. Estos pasos son fundamentales para todo tipo de piel.

Usar demasiados productos, exfoliar en exceso o dormir con maquillaje puede causar daños. También es común elegir productos incorrectos para el tipo de piel. La clave es mantener una rutina sencilla, constante y adecuada.

Beber agua, dormir bien y reducir el estrés favorecen el aspecto del cutis. También se recomienda evitar tocarse la cara constantemente.