Existen varias razones por las que se puede caer en la rutina. No obstante, la mayoría se engloban en los hábitos y en los miedos que, a su vez, son la traba principal para salir. Por ende, la primera acción para identificarla es hacer una reflexión interna sobre nuestra actividad diaria y realizarnos ciertas preguntas clave.

Algunas razones posibles son las siguientes:

• Sentir estancamiento en el desarrollo personal.
• Tener un trabajo automático y poco apasionante.
• Tener una relación personal que no sale de sus dificultades.
• Querer cambiar algo, pero no hacerlo por miedo a las necesidades financieras.

Además, es importante autopreguntarse si estás haciendo las actividades que deseás, si tenés objetivos claros o si sentís desmotivación y falta de deseo.