Sin dudarlo los tacones son el calzado ideal cuando se trata de estilizar y vestir formal, pero a su vez con el paso de las horas llevándolos puestos, se vuelven tediosos; tranquila, nosotros te traemos la solución a esto:
- Meterlos en el congelador: colocá los zapatos en una bolsa de plástico y luego colocalos en el congelador. Esto hará que la tela se expanda un poco y no se ajusten tanto al usarlos; además, estarán más suaves y no sufrirás por los raspones.
- Usá almohadillas para tacones: son un invento divino que ayudan aliviar los dolores.
- Vendar dos dedos: uniéndolos lográs que esta terminación no se bifurque y por ende, no soporte una presión desmedida sobre ella.
- Talcos: evitarás que la transpiración y la humedad que genera multipliquen los perjuicios de un zapato incómodo.
- Lijar la suela: la suela de los zapatos nuevos suele estar algo resbaladiza; esto da lugar a posibles caídas o resbalones muy peligrosos.
- Rociar gaseosa azucarada por la suela: hará que la superficie se vuelva pegajosa y podés evitar resbalones por un largo rato
Olvidate de volver con los tacones en la mano: experimentá cada una de estas opciones hasta encontrar una que te funcione a la perfección.