07 junio, 2023
Bienestar
Dividir el descanso en fases espaciadas por unas cuantas horas explica lo que es el sueño segmentado. Es posible que tal técnica de reposo se adapte a algunas necesidades actuales, pero no es nueva.
Así descansaban las personas en la Edad Media, cuando no existía electricidad y apenas se asomaba la noche iban a la cama. Sin embargo, horas después despertaban y concretaban actividades cotidianas antes de volver a descansar.
Durante el Medievo, desvelarse 3 o 4 horas entre sueños tal vez resultó productivo. En la actualidad, la práctica también es llamada primer y segundo sueño o sueño bifásico.
El fundamento del sueño segmentado es no dormir de corrido, sino fraccionar el descanso nocturno en 2 o más periodos. Cuando la segmentación supera 3 secciones se llama “polifásica”. Se trata de un patrón que modifica el tradicional, basado en reposar de 6 a 8 horas seguidas.
No clasifica como un trastorno del sueño, pero comparte características con esta patología que en ocasiones repercute en la vida diaria. Entre los efectos de los desórdenes para dormir, la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra menciona la somnolencia diurna, el agotamiento y los problemas para cumplir con obligaciones.
No obstante, desde la pandemia por COVID-19, muchas personas modificaron sus rutinas, haciendo mayor vida nocturna en casa. Sin querer, asumieron el sueño repartido.
Diferente a lo que sucedía en otros tiempos, cuando la oscuridad de inmediato anunciaba la hora de dormir, hay aspectos de la modernidad bastante relacionados con la adopción del sueño bifásico y no precisamente por circunstancias de iluminación o por el silencio.