05 diciembre, 2019
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El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo y otros cereales como el centeno, la cebada o la espelta. Esta proteína se incluye en la elaboración de muchos productos procesados como sopas preparadas, embutidos, salsas comerciales entre otros.
Muchos panaderos lo prefieren porque las consisten en las masas y los paneles y los bizcochos resultan más esponjosos. Como todo cereal, es fuente de fibras, vitamina B1, B2, B12 y E que ayudan a la digestión, así que aunque muchos crean que sube de peso, no es así; lo que engorda son los carbohidratos presentes en la comida que lo contiene.
El inconveniente del gluten es que puede producir tres tipos de reacciones: enfermedad celiaca, sensibilidad al gluten no celiaca y alergia al trigo.
Si consumes algún alimento con gluten y tenés alguna de estas señales: malas digestiones, hinchazón abdominal, pesadez, gases o diarreas, puedes hacerte pruebas médicas para diagnosticar si existe un problema real. Además, los especialistas recomiendan no dejar el gluten por cuenta propia a no ser que tengas un diagnóstico que así lo indique.
Seguir una dieta sin gluten hace que tengas que balancear bien tu alimentación para evitar carencias es por eso que lo mejor es acudir a un especialista antes de tomar una decisión.
No hay una causa directa que provoque la enfermedad pero tener antecedentes familiares de personas celíacas o sufrir una enfermedad asociada como Diabetes tipo 1, pueden ser factores que predispongan a ella.
En conclusión, no es lo mismo llevar a cabo una dieta sin gluten basada en alimentos, que una dieta sin gluten con productos envasados y alimentos procesados. Así que, no dudes en comer arroz integral, frutas, verduras, carnes, pescados, semillas y frutos secos.
Además lo más importante es acudir a un especialista antes de dejar de consumir los productos con gluten.