Sea por su color, por su textura o por su prestigio social, los cereales refinados desplazaron de manera casi total a los integrales a lo largo del siglo pasado. Pero en los últimos años la demanda de productos integrales ha recobrado el vuelo. A ojos de muchos consumidores se presentan como una alternativa más saludable.
Asimismo, algunos colectivos, como el de los vegetarianos, han hecho un símbolo de ellos y en ocasiones han exagerado sus propiedades.
Beneficios
- Uno de los argumentos principales a su favor es que su fibra posee importantes funciones a nivel digestivo. En la actualidad se recomienda una ingesta diaria de 30 a 35 g de fibra, cifra que muchas personas no alcanzan porque toman pocos vegetales o prefieren los refinados. Tomar cereales integrales ayuda de manera muy importante a cumplir esa recomendación.
- Al aumentar el consumo de alimentos integrales se reduce la probabilidad de sufrir trastornos cardiovasculares (porque se reduce la ingesta de otros alimentos ricos en grasas), estreñimiento (aumenta la velocidad del tránsito intestinal) y cáncer de colon (disminuye la exposición a los residuos cancerígenos de la digestión).
- Su fibra reduce algo la respuesta glucémica en los diabéticos, pero las medidas del índice glucémico (tasa de glucosa tras la ingesta) son similares entre los cereales integrales y refinados. Con todo, son preferibles los integrales.