Uno de los lugares del cuerpo que a los hombres más les interesa trabajar son los pectorales. Esto se debe a que quieren lucirlo torneado, erguido, tonificado y si lo desean voluminoso.
La importancia de trabajar el pecho va mas allá de lo que te mencionamos anteriormente ya que al entrenarlo tu espalda te lo agradecerá, pues los problemas en esta zona, comienzan a reducirse considerablemente.
Para entrenar en tu casa necesitás: un tapete para que evités impactos en la espalda tocando el piso directamente con el cuerpo, un par de mancuernas de no más de 5 kg., una pelota o un banco de fuerza, ropa cómoda, hidratación y ejercicios de estiramiento antes de comenzar.
Ejercicios:
- Flexiones con palmada: acostate boca abajo sobre el tapete con las manos y la punta de los pies apoyados en el. Las manos deben estar un poco más abiertas y las piernas recta, doblá los codos y bajá el cuerpo hacia el suelo manteniéndolos en un ángulo de 45° en relación al pecho, al tocar el suelo estirá los brazos con fuerza para elevarte y dar una palmada en el aire.
- Flexiones inclinadas: con la pelota o un banco de fuerza, apoyá las manos abiertas, sin dejar caer la cadera y la punta de los pies en el suelo. Mantené los abdominales y glúteos tensionados y comenzá a hacer la flexión.
- Flexiones declinadas. poné las manos en el suelo y los pies sobre la pelota o el banco de fuerza. La postura es muy importante, así que tensioná abdominales y lumbares.
- Plancha lateral: en la posición de las flexiones, cruzá tu mano derecha sobre la izquierda y comenzá a desplazarte. Mové los pies, uno detrás de otro hasta que des tres pasos. Luego, realizá el mismo movimiento hacia el lado contrario, lo cual contaría como una serie.
- Floor press: Sobre un tapete, acostate boca arriba y tomá un par de mancuernas y poné la manos inicialmente sobre la pelvis. Hacé fuerza con la cadera cuando subás los brazos en linea recta, arriba.
- Mancuernas tumbadas: ponete boca arriba sobre el tapete y poné las rodillas de tal manera que se forme un ángulo de 90°. En cada mano, tomá una mancuerna y levantá los brazos hasta que se toquen las manos, manteniendo la articulación del codo un poco doblada. Abrí los brazos y los bajás hasta que casi lleguen a al tapete.
- Mancuerna en puente: ponete boca arriba sobre el tapete y flexioná las rodillas; levantá la cadera para que soportés el peso en la espalda y formés un puente. Es importante que apretés los glúteos a medida que levantás la pelvis. Tomá una mancuerna en cada mano con los brazos estirados y llevalos hacia arriba.