01 octubre, 2025
Bienestar
¿Cuántas veces has ido a consulta con dolor en el cuello o en la espalda baja, convencidos de que todo se debe a la mala postura? Pasamos horas frente a la computadora, en el carro o en cualquier asiento, y pensamos que la raíz del problema está en no mantenernos rectos todo el tiempo.
Durante mucho tiempo se creyó que la solución era mantener una postura perfecta: espalda recta, sin encorvarse y sin moverse demasiado. Pero hoy, estudios más recientes nos muestran que no es tanto cómo nos sentamos, sino cuánto tiempo mantenemos esa misma postura.
Ese es el corazón del concepto de postura dinámica: la mejor postura es siempre la siguiente:
Podemos sentarnos como queramos derechos, recostados o incluso un poco encorvados siempre y cuando no nos quedemos así por mucho tiempo. De hecho, hasta la postura perfecta puede generar dolor si la mantenemos fija por horas.
El secreto está en el movimiento. Cambiar de posición regularmente nos ayuda a mejorar la circulación, a evitar puntos de presión prolongados y a reducir la rigidez muscular. Y sí, contar con una buena silla o escritorio ergonómico suma mucho, pero no es suficiente: nuestro cuerpo fue diseñado para moverse, no para estar rígido.
Consejos sencillos para aplicar la postura dinámica en tu día a día:
Al final, más que obsesionarnos con la postura ideal, lo que realmente nos ayuda es mantenernos en movimiento.