Cada día son más las personas que toman consciencia de que la actividad física es una parte fundamental para tener un estilo de vida saludable. Pero el no hacerlo muy a menudo, o realizar ejercicio de manera incorrecta, puede llevar a que te cueste respirar mientras practicás deporte.

La dificultad para respirar al hacer deporte puede manifestarse como falta de aliento, tos, estrechamiento de la garganta y sibilancias (ruido similar al de un silbato cuando el aire pasa por la garganta).

Lo primero que debemos tener claro es cuál es la función de la respiración. Existen varias funciones, pero las más importantes son:

• Aporte de oxígeno a los tejidos y el desecho del CO2, originado por las células.
• Mantenimiento constante de la acidez de la sangre, que se mide mediante el pH, el cual disminuye si la acidez de la sangre aumenta y viceversa. El pH tiene un margen estrecho que está entre el 7,35 y 7, 45. La respiración se encarga de mantener la sangre en este intervalo mediante la expulsión del CO2.

¿Qué relación tiene la respiración con el ejercicio?

Al hacer ejercicio, los músculos realizan dos procesos:

• Utilizan el oxígeno que les llega de la sangre para obtener energía y poder moverse.
• Como tienen que trabajar mucho, también obtienen energía por otros procesos que no requieren oxígeno. Sin embargo, generan lactato, que es liberado a la sangre y la acidifica.

A causa de estos procesos, la sangre que circula por los tejidos musculares se queda sin oxígeno y acidificada; y esto puede poner en peligro al organismo. Por fortuna, para que esto no suceda el cerebro mediante unos receptores que tiene distribuidos por todo el cuerpo, se da cuenta de estas alteraciones y hace que:

• Respirés más rápido, aumentando la frecuencia respiratoria.
• Respiración mucho más profunda para que pueda entrar más volumen de aire a los pulmones por cada respiración que hacés.

Si no estás acostumbrados a hacer deporte, al principio podés sentir que te ahogás y es normal. El sistema respiratorio tiene que hacer un sobreesfuerzo para poder mantener todo en orden en la sangre, y que no se altere.

Pero conforme hagás ejercicio, respirar te costará menos, ya que el cuerpo se está acostumbrado a la nueva situación.

Aunque ya explicamos que esta falta de oxigeno se debe a que el cuerpo no está acostumbrado al ejercicio y se debe adaptar, no olvidés ir al médico si de verdad te sentís mal.