11 octubre, 2021
Bienestar
Lo primero que tenés que saber es que cocinar no implica ser desordenado. Incluso, cuando no seas un referente en cuanto al orden, solo tenés que hacer unas cuantas modificaciones para simplificar el mantenimiento de tu cocina.
Lo mejor que podés hacer es apartar 10 minutos a ordenar lo mejor que podás tu sitio de trabajo. Lavá los utensilios que estén por lavar, guardalos en el sitio que corresponde y recogé los residuos y limpiá las manchas que puedan entorpecer el resultado de la preparación.
No se trata de lavar inmediatamente, sino de hacerlo mientras has terminado un proceso y esperás para empezar otro.
No hablamos de un cubo de basura, sino de un recipiente pequeño, ligero y práctico en el que podés ir almacenando los residuos a medida que estos se produzcan. Así evitás moverte por la cocina para desecharlos o distribuirlos en varios lugares para terminar ensuciando más de la cuenta.
Cuchillos, cucharas, tenedores, espumaderas, espátulas, cucharones y demás se pueden reutilizar al lavarlos durante 10 segundos. Evitá desecharlos de forma inmediata, ya que este hábito no hace más que acumular una cantidad desproporcionada al final.